“Viví en Hortaleza hasta los 24 años, y recuerdo que era todo rápido y molaba mucho todo, por ir con cresta te conocía todo el mundo”. Quién habla es Dani, músico y tatuador. En la calle Santa Susana, tenía su casa. Además de su hogar, allí se formaron Petra de Fenetra, donde vivían, ensayaban y confraternizaban aquellos jóvenes punkis crestudos de Hortaleza, anfetamínicos y antifascistas a más no poder.

“Nuestro local de ensayo estaba en mi casa, exactamente en el bajo 3 de Santa Susana número 41, al lado del estanco. Años después me dijeron los del estanco que nos echaban de menos por el ruido”, recuerda. Era el verano de 1991 y aquel intrépido cuarteto con Dani a la guitarra abría sus alas punk hard rockeras. En su primer concierto, la Nochevieja de ese mismo año en Carabanchel, les dieron la alternativa Andanada7, ¡eso es arrancar con buen pie!

Tras una sonada maqueta y su imprescindible disco debut Típico, pero cierto, fueron poco más de 70 conciertos los que les dieron a conocer en la veloz noche que fue la década de los noventa. “Los Petra de Fenetra nunca tocamos en las Fiestas de Hortaleza, una vez se supone que íbamos a tocar y nos pusieron el nombre mal en el cartel donde se anunciaba la actuación, nos enfadamos y nos fuimos de juerga a Pamplona, a los Sanfermines… pero nos quedamos con las ganas”.

Tras dejar el barrio, Dani abrió Vallekas Tattoo, un punto de encuentro de músicos y creadores

En 1996 se separan, y Dani continúa su carrera como guitarrista y de paso arranca su aprendizaje como tatuador, en estudios de tatuaje clandestinos e itinerantes, en traseras de tiendas, en el salón de su casa o donde se diesen las condiciones sanitarias suficientemente aceptables como para poner tinta bajo la piel. “Empecé a tatuar en el 95 más o menos, sin cobrar a nadie o solamente el material.

Algunos de mis amigos me decían que no iba a llegar a ningún lado con esto de los tatuajes, por entonces no estaba de moda, era muy difícil aprender, pero yo me arriesgué. Acabé trabajando en la tienda Tatxas en la calle Costa del Sol”. La guitarra y la aguja se convierten ya para siempre en el oficio y la pasión de Dani, que en 1999 cambia de barrio y abre Vallekas Tattoo, un estudio que pronto se convierte en centro de encuentro de músicos, creadores y agitadores artísticos.

CRUZANDO EL CHARCO

A mediados de 2005, Alberto (guitarra hasta 2018, año en que lo sustituye Fede) y Dani (contrabajo y voz) deciden montar un grupo que combine la música rockabilly con el punk. Después apareció un norteamericano afincado en Madrid llamado Carter que toca la batería de una manera muy especial y que inmediatamente conecta con los otros dos miembros de 13 Bats, un power trío que ha girado incluso en los Estados Unidos.

En 2009 sacan su homónimo debut, al que lo seguirán, en años consecutivos, cinco discos más que culminan con una nueva referencia, Once A Punk Always a Punk. “Guardo todo mi cariño y tengo un gran recuerdo de Hortaleza, a los grupos de música y a mis amigos, por supuesto que también a los que ya no están, con los que fuimos creciendo, ¡sí, echo de menos el barrio!”, remacha Dani.

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