Se pueden decir muchas cosas del poder transformador de la música. Se puede decir, por ejemplo, que permite superar barreras lingüísticas porque apela directamente a las emociones; que a través de la música es posible generar las condiciones necesarias para el encuentro y reconocimiento mutuo entre personas provenientes de contextos dispares; que es un lenguaje universal, una celebración colectiva y un “arma” capaz de lanzar un poderoso mensaje de unidad, esperanza y resiliencia.

De todo ello sabe mucho Laura Honrubia, educadora social y cantautora con 20 años de experiencia en el campo de lo social, especialmente en el trabajo con mujeres, salud mental y adolescentes. Laura es, además, ganadora del premio de artista revelación de la Comunidad de Madrid en 2013 por su innovación en la música al incorporar intérprete de lengua de signos española en sus conciertos desde 2008. Actualmente trabaja en el Centro de Primera Acogida de Hortaleza y es una de las impulsoras de un proyecto musical colaborativo en el que han participado menores del centro de nuestro distrito y de la residencia de Manzanares.

“En muchos otros colectivos donde he estado, he intentado siempre trabajar a través de la música. He visto que a los chavales les suele gustar mucho el rap, así que pensé que sería bueno poner en marcha un proyecto musical que les ayudara a expresar su visión, y a la vez a sensibilizar y concienciar”, explica Laura.

Esta idea inicial fue adquiriendo consistencia con las aportaciones de los menores a través de talleres, hasta que finalmente cristalizó en una canción colaborativa para la que Dalmen, del grupo Sankara Project, compuso la parte instrumental. Lola Sankara, del mismo proyecto, colaboró con parte de la voz y Chileno Santero, rapero profesional, también aportó su talento en esta aventura sonora. Así nació, ‘Otra mirada’, un canto grupal que pretende ser la voz colectiva de quienes creen en el poder sanador de la música y de quienes tienen infinitas historias silenciadas que contar.

OTRA MIRADA

Me gustaría decirte que aquí tendrás una vida nueva,

que el esfuerzo te dará un trabajo,

que vivirás casi que a tu manera.

No digo nada y te abrazo, cruzaste solo la frontera,

llevas el beso de tu madre y su foto en la cartera.

Hay quienes no dirán tu nombre, te llamarán toda la vida mena

y hay quienes te ayudarán a luchar tu propia guerra.

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