Ya lo decía la zarzuela: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. La inteligencia artificial, la ingeniería genética, Isabel Díaz Ayuso… Cada día se producen nuevos descubrimientos. Ahora, el Laboratorio de Sonidos Irritantes del Ayuntamiento de Madrid ha revelado su último logro: cómo hacer todo el ruido que quieras sin que moleste.

Repasemos los conceptos. Tú participas en el movimiento vecinal, por ejemplo. Montas un tenderete en las fiestas de tu barrio para celebrar con tus vecinos y de paso financiarte. Hay musiquita a un volumen razonable, para no tocar las narices a quien quiera descansar. MAL.

Es que los rojos no entienden nada, no tienen cultura científica ni STEM que valga. Ese tipo de acciones, aunque parezcan inocuas, son peligrosísimas. Además de pervertir a la Juventud Española, a la que se alienta a alcoholizarse en vez de convertirse en emprendedores, esta actividad produce un rumor horrísono. Música disarmónica, cánticos desafinados, ¡el acabose!

En cambio, montas algo ligerito, qué sé yo, una carrera de Fórmula 1 en un entorno urbano privilegiado como Valdebebas, y ni se oye, como los aires acondicionados modernos, chico, no hace ni pizca de ruido.

El secreto de que este tipo de actos no hagan ruido es el material del que están hechos: muros de billetes de euros

Pasa lo mismo con los shows en Ifema. ¿Cómo pueden decir los vecinos de alrededor que oyen algo del tecno sutil que destilan estas fiestas? ¿O musicales constructivos como el de Malinche, que, además, no para de lanzar mensajes en favor del encuentro entre dos mundos, o del encontronazo, yo qué sé? Dicen que quieren dormir, ¡dormir, en una ciudad excitante como es Madrid! Pero ¿qué quiere esta gente?

Esos eventos son incoloros, inodoros e insonorizados. El secreto de que este tipo de actos no hagan ruido es el material del que están hechos: muros de billetes de euros. Ni gomaespuma ni cajas de huevos: la pasta es el mejor aislante acústico que existe. Tú pones un audímetro al lado de una rave en Ifema o de un coche de Fórmula 1 y te salen igual 2.000 decibelios. Pero es conectarlo a un banco donde ves el dineral que ganan los que lo organizan y la aguja cae hasta cero.

Impresionante, ¿verdad? Otra aportación del Partido Popular al progreso. Pues nada, los piojosos no quieren verlo. Hace poco, en las Fiestas del distrito, otra vez a criticar y a intentar callar al pobre David, que se arremanga el flequillo por todos nosotros. ¡Eso sí que era ruido!

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